Desde México
Publicada el lunes, 20 de enero de 2014 en la sección Imagen del Diario
de Yucatán.
Jorge
Luis Hidalgo Castellanos
El mundo actual no podría entenderse sin el derecho internacional ni el régimen
multilateral existente. Y dentro de ambos, a la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) y su amplio sistema y estructura que brindan a la diplomacia foros
para discutir, atender y solucionar diversos asuntos.
Uno de esos escenarios lo constituye la Corte Internacional de Justicia
(CIJ), uno de los órganos de la ONU y la mayor instancia judicial que tienen
las Naciones Unidas. Es por decirlo con simpleza, el único tribunal al que los
Estados se someten con el propósito de dirimir una cuestión bilateral o entre
varias partes de manera civilizada. La CIJ está integrada por 15 jueces de diferentes
nacionalidades que provienen de diversos sistemas jurídicos, culturas e incluso
religiones, quienes tienen algo en común: el conocimiento, estudio y respeto de
los principios de derecho internacional.
México, a lo largo de su historia se ha apegado y hecho valer el derecho
internacional y como miembro de la ONU ha apoyado el multilateralismo y de
manera particular la CIJ. Distinguidos mexicanos han sido jueces de este alto
tribunal desde que se estableció en 1946 con sede en la capital de Países Bajos.
Don Isidro Fabela fue miembro de la Corte de 1946 a 1952. Unos años después don
Roberto Córdova se desempeñó como juez internacional de 1955 a 1964, para ser
sustituido por don Luis Padilla Nervo, ex secretario de Relaciones Exteriores
en la década de los años 50, quien estuvo como juez de la CIJ de 1964 a 1973. Tres
décadas tuvieron que pasar para que otro mexicano fuera elegido al máximo
tribunal de la ONU y fue en 2006 cuando otro ex Canciller, don Bernardo
Sepúlveda Amor, alcanzó tan distinguido honor y desde entonces está en La Haya.
El juez Sepúlveda recibió el viernes pasado, 17 de enero, en la ciudad
de México una presea por parte del Instituto Nacional de Administración Pública
(INAP) en reconocimiento a su trayectoria, contribución y méritos excepcionales,
así como su vocación por la administración pública nacional e internacional. La
ceremonia celebrada al mediodía en el edificio del INAP en la carretera hacia
Toluca contó con la presencia de varios consejeros del instituto, ex
secretarios de Estado y otros altos funcionarios y ex políticos mexicanos
además de miembros del cuerpo diplomático.
Don Bernardo Sepúlveda ha tenido, en efecto, una destacada y larga
trayectoria en el servicio público, en tareas relacionadas con el derecho y las
relaciones internacionales. Egresado de la UNAM como abogado, estudió un
posgrado en derecho internacional en la Universidad de Cambridge para posteriormente
ser profesor en diversas instituciones mexicanas y extranjeras como la propia
universidad nacional, el Colegio de México, el Instituto Matías Romero
(academia diplomática mexicana) y el CIDE.
Laboró en la Secretaria de
Hacienda y Crédito Público y en la Oficina de la Presidencia de la República
además de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la cual fue su titular de
1982 a 1988. Fue embajador en EE UU y en el Reino Unido de la Gran Bretaña. En
el sistema de las Naciones Unidas, además de ser juez de la CIJ, fungió como
miembro de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU durante diez años.
También practicó el derecho en el ámbito privado, como jefe del área jurídica
de una importante compañía constructora mexicana.
En febrero de 2006, después de una intensa campaña como candidato de México
a ocupar una de sus 15 vacantes, se convirtió en juez de la CIJ y el cuarto
mexicano en tener ese privilegio, en la historia de 67 años del tribunal de una
organización que actualmente cuenta con 193 estados miembros. En noviembre de
2012, el juez Sepúlveda se convirtió en el Vicepresidente de la Corte
Internacional de Justicia, cargo que denota sus conocimientos del derecho
internacional, el sistema de la ONU y el reconocimiento que le otorga la
comunidad mundial.
El galardón que le entregó la semana pasada el INAP a don Bernardo es
congruente con el que globalmente se le hace. Es un funcionario internacional y
un ciudadano mundial. Un botón de muestra de lo que los latinoamericanos en
general y los mexicanos en particular pueden lograr.
Copyright 2014. Hidalgo© Texto.
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